Más lugares fabulosos
Otro de los lugares "imaginarios" que alimentaron en algún momento mi infancia es Cervera del Rincón. De él oí historias de parrinos que acudían aquí para fiestas, a hacer baile. Parrinos que al día siguiente, con el handicap correspondiente, tenían que volver a los animales y a los campos.
La airera que nos llevaba acompañando toda la mañana amainó bastante cuando llegamos a Cervera, y un agradable sol nos permitió una placentera vuelta por este pequeño pueblo casi perdido al pie de un extremo de la Sierra de San Just, y a más de 1.200 m. de altitud.
El paseo, lógicamente, no fue muy largo, pero aún así nos dio tiempo a saludar a tres de los escasos 20 habitantes que debe tener el pueblo, brazo en alto y "buenos días" con sonrisa por ambas partes. Admiramos el frontispicio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, según reza en la inscripción latina de la puerta de entrada, y vimos la torre medieval y algún que otro peirón.
Hasta hace relativamente poco, Cervera del Rincón era uno de esos pueblos perdidos de final de carretera. Ahora, ya no.
Nos despedimos de él agitando el brazo desde la ventanilla y tomamos la "nueva" pista asfaltada que ns fue descubriendo bellos e insospechados rincones hasta enlazar con el Chorredero y conducirnos, finalmente, a Las Parras de Martín.
Dedicado a mi padre, in memoriam. Un excelente narrador de anécdotas. Y parrino.
1 comentario:
Blog interesante
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