Se escribe con Jota
El día que vayáis transitando por la carretera que une Aliaga con Ejulve, contemplando cómo se van regenerando los árboles que un fatídico incendio devoró hace algunos años, seguro que tenéis un hueco para desviaros de la carretera "principal" y acabar en un pequeño pueblecito semioculto en el amplio valle que para marzo debería estar de un verde intenso: Cirujeda.
Si conforme avanzáis entre los campos no divisáis el pueblo no os preocupéis. Valga la redundancia, el río Campos (afluente del Guadalope) os indicará que estáis muy cerca, y la pared vertical rocosa de un pequeño monte os anunciará que ya habéis llegado. Escondido detrás, como si quisiera ocultarse de la civilización, está Cirujeda.
Algo que me gusta de los pueblos pequeños, y más de los que están al final de una carretera, es que generalmente presentan más anécdotas y curiosidades que otros a los que el progreso ha hecho crecer hasta casi hacerles perder su identidad.
En lo alto de la cresta que oculta y protege Cirujeda está la ermita de San Macario, un lugar idóneo donde sentarse relajado a fumarse un cigarro y contemplar el paisaje de bosques, llanos y montañas que rodea la localidad. Abajo, en el casco urbano, una pequeña plaza da acceso al resto del pueblo, en el que destaca la iglesia del siglo XVII.
Parece ser que el nombre del pueblo viene del ciruelo, un árbol a cuyo fruto en algunas partes de Teruel se le conoce como "ciruejos" (ciruelas).
Y la otra cosa curiosa es cómo se escribe el nombre de este pueblo, que parece que hay alguien por ahí que no acaba de decidirse. Hasta 1920 o así el nombre del pueblo fue Cirujeda (con "j"), fecha en la que cambiaron oficialmente su nombre por el de Cirugeda (con "g"), y que le duró hasta 1981, que lo volvieron a cambiar por Cirujeda (con "j" otra vez). Y así hasta hoy.
Así que ya sabéis: Cirujeda se escribe con jota.
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