El pequeño pueblo de Libros tiene un problema: su calle principal es la carretera que une Teruel con Cuenca.
Su casco urbano es el típico turolense de esa parte: pequeño, acogedor, con sus corrales hundidos y su iglesia orgullosa... pero entre él y el río Turia que lo contornea está la carretera. Una carretera por la que diariamente transitan nosecuantosmilesdemillones de coches, camiones, trailers... pues es su salida rápida hacia Cuenca y Madrid. Y al lado del río (al otro) está el parque, con su paseo por la ribera y su bar con terraza al sol. Así que, para llegar allí a por una caña y una tapa, hay que mirar bien a los dos lados... y apretar a correr.
¿Habéis jugado alguna vez al Froggy, ese juego en el que una rana tenía que llegar al otro lado de la pantalla saltando por troncos, cocodrilos...? Este es el nivel 1.
Su casco urbano es el típico turolense de esa parte: pequeño, acogedor, con sus corrales hundidos y su iglesia orgullosa... pero entre él y el río Turia que lo contornea está la carretera. Una carretera por la que diariamente transitan nosecuantosmilesdemillones de coches, camiones, trailers... pues es su salida rápida hacia Cuenca y Madrid. Y al lado del río (al otro) está el parque, con su paseo por la ribera y su bar con terraza al sol. Así que, para llegar allí a por una caña y una tapa, hay que mirar bien a los dos lados... y apretar a correr.
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