lunes, 28 de junio de 2010

Vinaceite (Bajo Martín)

Ni vino, ni aceite
En un ranking de pueblos perdidos de nuestro Teruel profundo, Vinaceite ocuparía un lugar entre los primeros. Para llegar allí, hay que salirse de cualquier carretera medio concurrida y conducir sobre un asfalto que parece haber permanecido sin tocar desde que lo echaron.
Vinaceite es un pueblo de calles estrechas que pasan a pequeñas plazas y que, cuesta arriba (si hemos entrado por abajo, lógicamente), llegan hasta el final del pueblo: un excelente mirador con el río Aguasvivas abajo, poniéndoles limite a la vez que ofreciendo sus aguas para refresco de campos y gentes en época de mucho calor, pues la verdad es que la zona es de esas en las que el sol de verano tiene pintas de caer de plano, sin escapatoria posible en la llanura despoblada de árboles que den sombra.
Bueno, pues que sepáis todos aquellos a los que al mencionar el nombre del pueblo habéis dicho "Vino y aceite", que esto no es así (a pesar de estar los olivos de Belchite y las uvas de Lécera al lado). El nombre, según reza un cartel informativo que hay a la sombra de la Iglesia, viene por otros derroteros, y cito textualmente, "El nombre de Vinaceite proviene del nombre de un clan-familia musulmán llamados los "Banu-Said" (los hijos de Said). Con la dominación cristiana y por evolución fonética, pasó a llamarse "Binacey". Ya en época moderna tomó el nombre definitivo de "Vinaceite"".
Pues hala, ya nos hemos culturizado un poco más.



lunes, 14 de junio de 2010

Mosqueruela (Gúdar - Javalambre)

Aquí siempre ha habido gente, y la sigue habiendo
Mosqueruela es un precioso pueblo medieval, en tiempos amurallado, por el que han pasado estilos arquitectónicos tan variados como el gótico, el barroco y el destructivo, en forma de guerras carlistas y civiles.
Las dos veces que he estado he tenido la "suerte" (a mi gusto, "mala suerte") de pasear por sus calles, de pasar bajo sus arcos, de asomarme a esos paisajes que me apasionan... sin ver a nadie. En realidad, miento: la segunda vez estuvimos unos segundos con unas personas que tenían un poco de prisa. Pero ambas circunstancias están justificadas: la primera vez, al volver al coche vimos que toda la gente del pueblo estaba acabando la romería y, la segunda, las dos personas que vimos (al intentar entrar al bar, todo hay que decirlo) nos dijeron que se tenían que ir de entierro, que había muerto uno del pueblo (y, como en todos los pueblos pequeños en los que todo el mundo se conoce, cuando uno muere todo el pueblo está de luto).
En fin, a ver si a la tercera (porque llevo idea de volver, claro) puedo charrar con alguien. Y ya, si es en el bar...


viernes, 11 de junio de 2010

La Cañadilla (Cuencas Mineras)

Aguantando
La Cañadilla es un pequeño pueblo, pedanía de Aliaga. Y, cuando digo pequeño, quizás esté exagerando pues lo componen cuatro casas, y tres medio derrumbadas. Pero hay una que está habitada.
La primera vez que estuvimos por allí, los únicos habitantes del pueblo, un matrimonio ya mayor, nos enseñaron lo poco que había entre esas cuatro casas. Y lo hicieron estupendamente, orgullosos de su pequeña escuela, capilla/iglesia, del entorno donde habían vivido toda su vida... y nos contaron la historia de la "Cueva de los helaos", que no era un sitio donde vendían polos sino una cueva donde murieron congelados unos hombres que se fueron a buscar vino a otro pueblo... se portaron fenomenal, con ganas de compartir con nosotros sus pequeños grandes tesoros.
Hará un par de semanas volvimos a pasar por ahí, por esa carretera solitaria que el incendio de 2009 había hecho más solitaria aún, y me acordé de estos abuelos, y de lo mal (supongo) que lo debieron de pasar. Y hete aquí que, al dar la curva de la carretera, volví a verlos, más mayores (lógicamente), en su huerto a la puertas de casa, con su quehacer lento, como si el tiempo se hubiera olvidado de su pueblo. Entonces pensé que, si algún día le pasaba algo a uno de llos, ¿qué harían, en este lugar perdido?.
Pero, poco después, vimos que había una persona más en el pueblo, más o menos joven, arreglándose una de las desvencijadas casas. Y, la verdad, eso me tranquilizó.


miércoles, 9 de junio de 2010

Miravete de la Sierra (Maestrazgo)

El pueblo en el que sí que pasa algo
La primera vez que oí hablar de Miravete de la Sierra fue por un trabajo que nos encargaron para el Parque Geológico de Aliaga (www.parquegeologicoaliaga.com). En aquél entonces, la pista asfaltada que salía de Aliaga se acababa en su término municipal, y para llegar a Miravete había que hacerlo por una pista de tierra.
El pueblo sí que era de esos del Teruel profundo, con cuatro abuelos mal contados, una iglesia en ruinas y un precioso puente medieval sobre las aguas del río Guadalope.
Volvimos a Miravete varias veces y, la última hasta la fecha, nos alojamos en una casa de turismo rural (bueno, dos, porque íbamos muchos). La iglesia la habían restaurado (ha quedado preciosa, al menos el patio), habían empedrado la plaza donde la fuente, habían mejorado los accesos tanto desde Aliaga como desde Villarroya de los Pinares, y, cerca del puente, al otro lado del río, habían empezado a construir (¿chalets?).
Luego les hicieron una página web ( www.elpuebloenelquenuncapasanada.com, y que en el momento de escribir estas líneas ya ha desaparecido) para promocionar más el pueblo y, según mi torpe criterio, creo que han conseguido hacer un destino turístico nacional de interior.
Me alegro por la gente del pueblo, que han debido ver volver a la vida a sus cuatro calles. Vistas las "nuevas" construcciones, lo siento por lo que era el pueblo.


¿Por qué ha desaparecido su web?


Torres de Albarracín (Sierra de Albarracín)

Renacido
La primera vez que pasamos por Torres de Albarracín, allá por el pleistoceno inferior, paramos un momento (no sé a qué), y el pueblo me dio una sensación de éstas de "Hala, que te quedan cuatro días para que se acaben de hundir las pocas casas en pie que tienes".
Afortunadamente, me equivoqué de cabo a rabo.
Al tiempo, Albarracín empezó a ponerse de moda; a fuerza de subvenciones se arreglaron calles, murallas, cada vez llegaba más turismo y se abrieron nuevos bares y hoteles, hubo que ampliar los parking para coches y autobuses... y, a remolque de este crecimiento, fueron renaciendo los pueblos de los alrededores.
Torres de Albarracín, por suerte, fue uno de estos afortunados. La última vez que estuvimos allí nos alojamos en una casa de turismo rural de la que tengo buenos recuerdos, el bar de la carretera estaba abierto (y con gente), se puso en valor la tierra roja sobre la que (me pareció) se asienta el pueblo...
En fin, que me alegró mucho el que uno de nuestros pueblos no acabara, como tantos otros, deshabitado y olvidado en la memoria.

Para Miguel, que nos hizo churros.


martes, 8 de junio de 2010

Puertomingalvo (Gúdar - Javalambre)

La televisión no es nutritiva
Compraos un caballo y ponedle unas herraduras buenas. Colocaos una cota de malla y coged una espada. Así, ya estaréis preparados para entrar en el pueblo fortificado de Puertomingalvo, para hacer que los cascos del caballo resuenen por sus calles empedradas, y para subir a los torreones y contemplar la inmnsidad de esta comarca, perdiéndose la vista hasta abarcar Castellón.
La otra opción es llegar en coche, claro.
Pasear por Puertomingalvo es retroceder en el tiempo. Sus limpias calles formadas por casas de piedra, arregladas, nos conducen por un pequeño laberinto que, en un determinado momento, sorprende nuestras fosas nasales con un delicioso aroma a pan recién hecho.
Cuando lleguéis a lo alto del pueblo, y después de asomaros por las almenas, volved rápido y no os déis la vuelta, pues allí, en medio de la plazuela de piedra, hay un monolito con una placa que rompe la magia de hace 500 años y que reza así en su proclama: "Puertomingalvo: Ganador del "Grand Prix" del año...".
En fin, que no me explico cómo semejante belleza de pueblo puede sentirse orgulloso de salir en la tele corriendo delante de una vaquilla en un rancio programa presentado por un rancio Ramón García y una rancia bióloga. ¿O a estos ya los habían despedido y el programa lo presentaban otros rancios?.
Y, lo que es más importante, ¿les regalaron al final la vaca, por lo menos, para hacer una comida popular?.


jueves, 3 de junio de 2010

Ejulve (Andorra - Sierra de Arcos)

Un cruce de carreteras
No sé la de veces que habré pasado por Ejulve, pero es que si viajas por esta parte de Teruel no te queda más remedio: Ejulve es el centro de un ramal de caminos que nos llevan, por un lado, a Aliaga y su parque geológico; por otra, al Maestrazgo; por otra, hacia Andorra y el Bajo Aragón; y, por otra, a Estercuel como entrada a las Cuencas Mineras.
La primera vez que paramos subimos al montecillo que hay detrás de la iglesia a comernos un bocadillo con vistas, y la bajada la hicimos rodando al resbalarnos en las traviesas que hacían de escaleras, pues ese día habían caído cuatro gotas.
La otra ya fue con idea de echar un bocado, así que pasando por la calle "Paso a la carretera" (que desemboca en la carretera), y la calle "Carretera" (porque coincide con la carretera), nos metimos en el bar "Carretera" (no tiene pérdida) que, bajo el lema "Meriendas, almuerzos y escabeches", prometía.
Así que nos comimos un plato de jamón, queso y cabezada con una botella de vino y abundante gaseosa; pero lo que más me atrajo del bar fueron dos cosas: una, el que para comer te pusieran de centro una ensalada (que sólo lo he visto en pueblos de Teruel, y que debería ser obligatorio en todo buen restaurante que se precie); y, la otra, la decoración de las paredes, con esos calendarios rurales tan elaborados, como el que hacía publicidad del servicio de taxi de la localidad, y que bajo la foto de un coche de época se podía leer: "Autotaxi Eliseo. Ni tren ni correo. Kilómetros de calidad".
¿Es o no es para hacerse una camiseta?