miércoles, 18 de enero de 2012

Vivel del Río Martín (Cuencas Mineras)

Hurgando en el baúl de los recuerdos
Hace unos días, no sé en qué estaría pensando o qué estaría haciendo, una irrecordable sucesión de ideas acabó en Vivel del Río. En las fiestas. Hace ya muchos años.
Unas fiestas muy buenas, como las de antes, y de lo que más me acuerdo es de que la peña estaba abajo, en la carretera, y el baile arriba, en la plaza. Buena peña, buen baile, y buenas subidas y bajadas por una cuesta que en cada viaje se hacía más y más empinada. No me acuerdo cómo acabaron las fiestas ese año, pero tengo la sensación de que acabaron bien.
Iba a seguir con lo que estaba cuando una traidora uña arañó las maderas del cajón de los recuerdos de Vivel, y volvió a sacar ese autobús, ese coche de línea que ya ha aparecido en alguna que otra historia y que posiblemente vuelva a salir en el futuro.
El autobús tenía su parada en las afueras del pueblo, abajo, en el cruce que parte la carretera de Martín en una que va hacia Segura de Baños y otra que tira hacia Caminreal. En ese cruce hay una gasolinera. Y los recuerdos vienen en forma de imágenes de un tiempo en el que la gasolinera tenía gasolina, y luces que alumbraban creando un ambiente vivo, aunque un poco solitario visto a través del cristal de la ventana del coche de línea. Pero llegó un día en que la gasolinera ya no tuvo gasolina, y las luces se convirtieron en cristales rotos sobre el asfalto. El tiempo se encargó del resto. Perdón: de los restos.
Siempre me ha cautivado esa gasolinera.
Últimamente he vuelto a parar en Vivel. Y ahí está, maqueado, con vida en las calles a partir de las 10 de la mañana (o las 11), con una plaza arreglada donde espero sigan haciendo el baile para fiestas, y con una carretera asfaltada hace poco.
También sigue, al lado del río, la vieja gasolinera. Decrépita. Esquelética. Fantasmal. Fascinante.
Bueno... debo cerrar ya este cajón de recuerdos y dejar, si acaso, a los de Vivel disputarse con los parrinos en cuál de los pueblos nace el río Martín. Aunque, después de este rato en mi nothing box... ya no sé lo que estaba haciendo.