lunes, 24 de mayo de 2010

Navarrete del Río (Jiloca)

Longaniza mudéjar
Creo que desde siempre he tenido la inquiertud de ir algún día a Navarrete porque mi vecino, Salvador (muy buena persona) era de allí, y muchas veces hablaba de su pueblo.
Cuando fuimos, la verdad es que no estuvimos mucho rato, a nuestro pesar: hacía un día de perros, casi no teníamos gasolina, eran unas horas intempestivas, no habíamos comido...
El caso es que no nos dimos una vuelta por sus calles, como me gusta hacer siempre que voy a un pueblo. Sin embargo, sí que tuvimos un par de alegrías: la primera, ver la magnífica torre mudéjar de la iglesia (la puerta, en cambio, estaba de lo más zarriosa); y, la segunda, el bar de al lado de la iglesia (es una pena que se me haya olvidado el nombre).
El bar es de esos bares de siempre, de los que te hacen estar a gusto, como cuando llegas a casa. Fue entrar y ya parecía que éramos del pueblo. Unos saludos a los parroquianos y a ver el panorama, como en una película. La hora jauta de las 4 de la tarde o así que eran había reunido unas cuantas mesas de guiñote, gente echando el café y otros que ya empezaban (o seguían) con las cañas, las tapas y el vino, un par de abuelos atentos a la tele aunque el telediario ya hacía rato que había acabado... y, con pocas esperanzas, preguntamos a la señora del bar si nos podía hacer algo para comer. Pues hete aquí que la señora nos uelta un repertorio de cosas, nos deja una carta y nos dice que sin problemas.
El bocata, perfecto. El pan de pueblo con tomate, y una longaniza deliciosa. Increíble. Eso, y el hambre que llevábamos.
Más que satisfecho de la breve visita a Navarrete, continuamos camino hasta Calamocha. A echar gasolina, claro.

viernes, 21 de mayo de 2010

Hinojosa de Jarque (Cuencas Mineras)

Esculturas a 1.400 m.
En la llanura que forman la sierra de San Just y la ribera del río Aliaga hay una serie de pueblos que se van sucecdendo a lo largo de la carretera. Aunque no lo parezca, estamos a unos 1.400 m. de altitud y aquí, cuando hace frío, os puedo asegurar que hace frío.
Uno de estos pueblos que nos encontramos al lado de la carretera es Hinojosa de Jarque, un bonito pueblo en el que destaca la piedra... típico pueblo turolense, tranquilo, agrícola y ganadero.
Y aquí se puede disfrutar de un paseo por los alrededores. Eso sí, un paseo en el que no esperéis encontrar grandes cascadas de agua, árboles singulares, grutas misteriosas ni peligrosos animales salvajes. En su lugar, preparaos para una visita cultural por un museo al aire libre, por un parque escultórico lleno de figuras un poco marcianas, surrealistas... y con cierto encanto, una vez que les vas pillando el truco: unas siluetas de un hombre y una mujer desnudos con una ermita al fondo, un monolito junto a un tractor labrando los campos, una silueta pensativa que contempla la chopera, unas ventanas de hierro oxidado para ver, al otro lado, el pueblo... un lugar privilegiado, en fin, para hacer fotos de arte y naturaleza cuando los amaneceres y atardeceres tiñen el cielo de colores rojos, amarillos, naranjas y morados.
Procurad no dar el paseo en plena época de calor, y menos después de una comida consistente (de esas que acaban con un par de carajillos), porque igual que hace frío en invierno, hace calor en verano. Y aquí cae bien.




viernes, 14 de mayo de 2010

Seno (Bajo Aragón)

Es para ir
Cuando vayáis a Seno, procurad que sea por la carretera que va desde Molinos. De esta forma, el camino por la paramera os envolverá en la inmensidad y el misterio del Maestrazgo, a unos 1.000 metros de altitud (aunque no lo parezca).
Y, llegado el momento, cuando la llanura comienza a caer en picado, abajo, allá abajo, veréis un conjunto de casas que, discretamente, se metamorfosean con el paisaje, pareciendo que siempre han estado ahí.
El desvío de la carretera "principal" para llegar a Seno nos garantiza que es un pueblo de final de carretera, donde por sus calles pueden correr los críos sin temor a que se los lleve un trailer o un autobús.
Pasado un muestrario de colores arcillosos que parece un minúsculo Landmannalaugar islandés, llegamos a un arreglado Seno. Este pueblo, mal enmarcado administrativamente en la Comarca del Bajo Aragón, sigue siendo un pueblo de los de antes, tranquilo, con huertas a todas caras, una curiosa fachada de iglesia y un lavadero bastante desvencijado.
Si la suerte está con vosotros y ha caído alguna tormenta, seguid el curso de agua que va al lavadero, y un entramado de raíces y unas pequeñas cascadas os acompañarán por un excelente mirador de las puertas del Maestrazgo.