viernes, 22 de noviembre de 2013

Teruel (Comunidad de Teruel)

Más cine, por favor
Que me gusta el cine no creo que a estas alturas sea un secreto. Una película que me encantó hace un par de años (y últimamente esto no es muy normal) fue "La invención de Hugo" (EE.UU., 2011), de Martin Scorsese, y ambientada en País, tipo "Amelie". El argumento gira en torno a un niño huérfano que vive en una gran estación de tren, y en un momento dado su historia se entronca con la biografía de Georges Méliès (París, 1861-1938), un pionero del cine que llegó a rodar más de 400 películas fantásticas, muchas incluso coloreadas, y cuyo emblema es el fotograma en el que un cohete "aterriza" en el ojo de la luna. Lamentablemente, parte de ese material se perdió.
Pero Georges no fue el único.
Por los mismos años en que Méliès "jugaba" con el cinematógrafo, un turolense también se dedicaba a lo mismo, a un nivel más profesional y comercial. Otro gran "mago del cine".
Segundo Víctor Aurelio Chomón y Ruiz (Segundo de Chomón, para los amigos) nació en Teruel en 1871 (diez años después de Méliès), hijo de un médico militar aficionado a la fotografía. En un primer viaje a París conoció a la que luego sería su mujer, Julienne Mathieu, que en aquél entonces trabajaba en los talleres de coloreado de los fotogramas de las películas de Méliès; y conoció también el cinematógrafo de los hermanos Lumière. Y ahí ya se le debió liar la cosa.
Tanto se le lió que acabó siendo uno de los pioneros de la historia del cine, junto a los hermanos Lumière, George Méliès y Charles Pathé. Fue director, técnico de iluminación y de fotografía, especialista en trucajes y revelado, y trabajó incansablemente en nuevos descubrimientos técnicos y efectos especiales que luego aplicaba a sus películas.
A caballo entre su base en Barcelona y sus trabajos en la productora francesa Pathé y la italiana Itala Film, el número de los cortometrajes y las películas en que metió mano, de una u otra forma, es enorme.
Rodando en Marruecos contrajo una enfermedad que acabó con él en París, en 1929 (nueve años antes que Méliès), sin darle tiempo a ver la siguiente revolución de su mundo: el cine sonoro.
Y ahora, en la era de Internet, podemos ver algunas de sus películas gracias a los muchos canales de la red. Ahí van algunos títulos interesantes: El hada primavera, El hotel eléctrico, algunos cuentos de Calleja, Los héroes del Sitio de ZaragozaSatán se divierte, Excursion dans la lune, o Cabiria.
 Segundo de Chomón



miércoles, 13 de noviembre de 2013

Moscardón (Sierra de Albarracín)

Viento serrano
Parece ser que esta vez, según los historiadores, lo que parece obvio es cierto, y el topónimo de la localidad proviene del latín "musca = mosca", o moscarda, como llamamos en Aragón (no sé si en el resto de España) a esas moscas negras que les gusta acudir, entre otros sitios, a los jamones colgados que tan bien se curan en estas altitudes. Otras fuentes, más románticas, apuntan a que el nombre proviene de la palabra "mosquera = lugar de moscas", pero también "lugar donde el ganado se tumba a sestear". Ahí queda.
Entre cañones, en el valle del Masegar, y concretamente en lo alto de un cerro en el barranco de El Castellar, se ubica Moscardón, pueblo rodeado de abundantes cursos de agua, fuentes y pinares desde el siglo XII.
Aunque brillaba el sol, soplaba una ventolera serrana bastante fuerte el día que estuvimos, así que la vuelta por este pequeño y arreglado pueblo fue un poco rápida. Sólo vimos un par de personas, del aproximadamente medio centenar de habitantes que normalmente le deben dar vida a la localidad, y nos asomamos al barranco dominado por la iglesia de San Pedro Apóstol, con su torre almenada del siglo XVI sobre el espolón.
El mismo viento que nos llevó nos sacó de allí, para continuar la ruta por esta sierra turolense.
Y no, no había moscas.