En Teruel hay sitios que ni te imaginabas que pudieran existir, leyendas que encenderán tu curiosidad, gentes a las que no les importará perder un rato contigo... ya va siendo hora de que lo conozcas.
Este blog sólo quiere dar a conocer cosas que hay en Teruel, no pretende ser un foro de discusión de noticias que se vayan produciendo, sino que sea algo atemporal. Si gusta, bien. Si no, pues también. Es algo personal.
Objetivo
Mi objetivo: Estar en todos los pueblos de la provincia de Teruel, y tener algo que contar de cada uno de ellos.
Aviso:
Esta web contiene sólo mi opinión particular y lo único que pretendo es dar a conocer Teruel. Como buen palo, aguanto mi vela. Para discutir de cosas ya hay otros sitios.
Quiero dar las gracias a todas esas personas que hasta ahora se han interesado por este blog y por Teruel, y también a algunos medios de comunicación que últimamente han contribuido a que se divulgue su existencia: Miguel Mena, Aragón Radio, Diario de Teruel... Gracias.
Parece ser que el espíritu de Gaudí sigue haciendo estragos en estas tierras turolenses. Si este blog lo inauguró Fuenferrada, aquí tenéis otro ejemplo de cómo puede quedar la fachada de una casa, esta vez en Calaceite. Pero como Calaceite da mucho más de sí, ya escribiremos de él en otra ocasión; de momento, quedémonos con esta muestra de arte "figurativo" y, si nos entra hambre, acudamos a la Fonda Alcalá a comernos unas judías blancas con arenque.
Como véis, éste es un tema que me gusta. Y, en este caso, es curioso que en el lugar donde hoy se halla Mas de las Matas haya habido un asentamiento continuado desde el Paleolítico inferior. Pero bueno, imagino que un poblado "enterraría" al anterior, y así sucesivamente, hasta que les dio por establecerse allí, en un "mas" (una masía) a los hermanos Mateu y Jayme La Mata, allá por el año 1460. Y a estos no sólo no los enterraron otros poblados, sino que a su casa se pegó otra, y luego otra... Y gracias a estos dos hermanos ahora podemos disfrutar de esos increíbles almuerzos, vermús y comidas en La Bellota, todo casero y bien bueno (no me dan comisión ni me invitan, aclaro).
Leo sin asombro en un Heraldo de Aragón de este principio de año que Salcedillo es el municipio más poequeño de Aragón. Y no sólo eso, sino que también lo era en 2008 y que en un año ha perdido otros tres habitantes. Ha comenzado 2010 con tan sólo 10 personas. Pero, en el fondo, me "alegro". Y lo pongo entre comillas porque, a pesar de ser triste que nuestros pueblos se queden cada vez más vacíos siempre consuela un poco que haya algunos que se resistan a ser abandonados, como ha pasado (y, desgraciadamente, seguirá pasando) con todos aquellos que quedan apartados de las principales vías de comunicación entre grandes núcleos urbanos, que quedan apartados de las inversiones y facilidades para que otras gentes se establezcan, apartados del futuro, en una palabra. La última vez que pasé por Salcedillo hacía un día de perros, y no vi a nadie. Esta noticia del periódico, diciendo que hay gente ahí, ha quitado de mi cabeza el recuerdo de un pueblo fantasma que espero no lo llegue a ser nunca, como ya lo son otros de Aragón en general y de Teruel en particular.