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Una noche, el toro se detuvo bajo una estrella y comenzó a bramar. Los adalides tomaron como buenas las señales que el Cielo y la Tierra les presentaban, y construyeron allí la villa. Tomaron del toro tres letras, TOR, y de la estrella, llamada Actuel, otras tres, UEL. Estas seis letras juntas dieron el nombre a la villa: TORUEL.
El lugar donde el toro y la estrella se detuvieron es ahora la plaza.
En tiempos lejanos, la ubicación de las villas se realizaba sirviéndose de un animal salvaje: se perseguía a éste y en el lugar en que se le abatía se erigía un santuario. Alrededor de este altar se construía el pueblo.
Esta historia la leí en uno de los libros publicados por Manuel Pascual Guillén.
Esta historia la leí en uno de los libros publicados por Manuel Pascual Guillén.
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