
Si preguntáis por el pueblo, os dirán a quién podéis acudir para que os lo enseñe. Y a buen seguro que la señora dejará todo lo que esté haciendo para acompañaros, enseñároslo y explicaros cómo funcionaba, para qué servían los distintos utensilios que allí hay, y daros alguna teoría de cómo rayos debieron, en aquellos tiempos, meter la prensa de eje: una viga monumental, impresionante. La más grande de todas, y perteneciente a la tipología más antigua que se pueda encontrar en todo Aragón.
Y, lo que es mejor, a la señora le encantará contaros todo esto porque lo vivivió y, cada vez que lo enseña, se llena de satisfacción al recordarlo. Es muy posible que también os revele alguna anécdota curiosa... vale la pena visitar el molino.
Justo al lado hay un antiguo lavadero al que, hoy día, todavía van las mujeres a lavar la ropa, algo raro de contemplar en estos tiempos que corren.


