lunes, 11 de julio de 2011

Plou (Cuencas Mineras)

Anacronismos del siglo XXI
En la llanura que antaño habitaron los íberos hoy día se alza el núcleo urbano de Plou, algo resguardado por un pequeño cerro de las duras adversidades climáticas de esta zona.
Este pequeño pueblo de no más de 50 habitantes (creo) sin duda debió conocer tiempos mejores, como aquellos en los que el tren que unía Utrillas con Zaragoza tenía aquí una parada de viajeros y mercancías.
Siempre que he tenido que hacer la carretera entre Cortes y Huesa del Común he parado en Plou. Y es que, para mí, tiene un par de cosas cercanas en la distancia pero lejanas en mi imaginación, que siempre me han fascinado. Por un lado, su iglesia barroca, altiva pero cansada de tantos duros inviernos y cálidos veranos, y de algún que otro operario de alguna compañía eléctrica al que no le importa picar, taladrar y pasar cables por un monumento de más de tres siglos y del que, tras esta sufrida larga vida, no es de extrañar que una de las veces apuntara una señora: "Cualquier día se nos caerá encima".
Yo no lo creo. Ésta parece tener pitera para aguantar otros 300 años o más.
Por otro lado (es decir, al otro lado de la carretera) hay una fuente/lavadero que parece sacado de contexto en este entorno, y más al lado de la iglesia. Miras el lavadero y parece hecho hace cuatro días, como si le quisieran haber dado un aire modernista. Luego miras la iglesia y ahí sigue, vieja pero segura. Vuelves a mirar el lavadero y parece que lo han traído del patio interior de alguna casa romana; sólo le falta alguna ninfa nadando en sus aguas. Pasa un coche por la carretera y vuelves a mirar la iglesia, que no ha cambiado nada en estos diez minutos, y te apoyas en una de las columnes, y otra vez ves el lavadero, y posiblemente otro coche, y la iglesia luego... e intentas ordenar todo en tu cabeza. Pero no puedes, y eso es divertido.
Y, con una sonrisa, te vas de Plou, tal vez deteniendo el coche antes de perderlo de vista definitivamente, para verlo en su conjunto y en su entorno despoblado. Y, eso sí, te aseguro que las otras veces que pases, pararás. A lo mismo.



No hay comentarios: