miércoles, 1 de diciembre de 2010

Escucha (Cuencas Mineras)

A muchos metros bajo tierra
El primer recuerdo que tengo de haber subido a Escucha es en moto, con mi padre, a cobrar su nómina. En aquél entonces las nóminas de la mina se cobraban en metálico, en un sobre, y había que ir a por ellas si querías cobrar.
Lógicamente, luego he estado en Escucha en infinidad de ocasiones: por estar al lado de Utrillas, por el trabajo en la pescadería, para fiestas... Escucha era un hervidero de gente, de bares con tapas... y, presidiéndolo todo, la central térmica siempre humeante bajo la cual había que pasar cada vez que entrabas o salías.
Pero el tiempo trajo el cierre progresivo de las minas de la cuenca (y de las otras cuencas), y Escucha fue uno de los pueblos en los que más se cebó el infortunio. Aunque hayan hecho casas, obras nuevas y alguna cosa más, la verdad es que ahora Escucha, sin su humeante chimenea, ya no es ni la sombra de lo que fue. De hecho, hasta la nueva carretera le ha dado la espalda.
Así que hubo que apostar por alguna alternativa, y como lo que ahora nos sobra por aquí son minas abandonadas, ¿por qué no convertirlas en un reclamo turístico?.
Y así se hizo el Museo Minero de Escucha, unos cientos de metros de una de las galerías mineras adaptado al turismo y preparado con toda la parafernalia necesaria para que niños y no tan niños se lo pasen estupendamente: te visten, te ponen un casco, te pintan la cara... y te bajan a la mina. ¿Se puede pedir más para un sábado por la mañana, por ejemplo?.
He visto en varias ocasiones las caras de la gente, cuando bajan y cuando salen, y se nota que se lo han pasado bien.
Tal vez se haya dado con algo que pueda devolver a Escucha parte de lo que fue.
Yo no he bajado. Es algo personal.
Antes de iros de Escucha, es fundamental hacer dos cosas más por ahí:
a) Subir, pasando el túnel, hasta el desvío de Valdeconejos; cruzar la carretera y tirar por el monte hasta el repetidor o hasta la zona de parapente. Se llega en coche por buena pista y las vistas, desde lo alto de San Just, de Utrillas, las Barriadas, Escucha, y Montalbán muy al fondo, son impresionantes.
b) Y la segunda cosa es, volviendo hacia Escucha y al poco de pasar el túnel de antes, coger un desvío que hay a la derecha y que, por la antigua carretera, nos lleva hasta la Fuente del Vaso. Es un agua buenísima, fresca, y la fuente ya lleva el vaso incorporado para beber a morro.
Nota: Pido disculpas porque cuando utilizo verbos como "subir" o "bajar" lo hago tomando como referencia a Utrillas. La costumbre.

Dedicado al listo de mi padre, que una vez abajo en la mina quería volver andando a casa porque se sabía el camino por las galerías. Lógicamente, no le dejaron ni la guía ni mi madre.


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